Los reinos altomedievales también eran llamados
monarquías germánicas o
monarquías feudales fueron los
estados que establecieron a partir del
siglo V en el antiguo territorio del
Imperio romano de Occidente los
pueblos germánicos procedentes de la Europa del Norte y del Este. Se encontraban en un estado en desarrollo económico, social y cultural obviamente inferior al del Imperio romano, que percibían admirativamente. Sus instituciones políticas peculiares, en concreto la asamblea de guerreros libres (
thing) y la figura del
rey (en
protogermánico kuningaz, que da en
anglo-sajón cyning, en
inglés king, en
alemán König y en las
lenguas nórdicas kung o
konge), recibieron la influencia de las tradiciones institucionales del Imperio y la
civilización grecorromana, y se fueron adaptando a las circunstancias de su asentamiento en los nuevos territorios, sobre todo a la alternativa entre imponerse como minoría dirigente sobre una mayoría de población local o fusionarse con ella.