El
sabor amargo es uno de los cinco
sabores básicos. Es el más necesitado de los hábitos para que sea
gusto adquirido y es debido a que es quizás el más desagradable de los cinco. Se detecta mediante las
papilas gustativas ubicadas en la parte posterior de la
lengua. Los investigadores de la
biología evolutiva han sugerido que este sabor es interpretado como desagradable en muchas culturas debido al mecanismo de defensa que muestra la necesidad de sobrevivir evitando los
envenenamientos, esto es así debido a que la mayoría de los venenos son amargos en su sabor. Se ha descubierto a comienzos del
siglo XXI que los receptores de la sensación de amargo son unos sensores denominados T2R.