Se llama
selva,
jungla o
bosque lluvioso tropical a los
bosques densos con gran diversidad biológica, vegetación de hoja ancha (tipo
frondosa) y, por lo general, con
dosel cerrado,
sotobosque biodiverso y varios “pisos”, “estratos” o “niveles” de vegetación: desde árboles que pueden superar los 30 metros en los pisos altos hasta los
musgos y
helechos al ras del suelo, al cual difícilmente llega la luz solar (por este motivo también abundan los
hongos), con abundancia de
lianas y
epifitas. Estas condiciones suelen darse en las áreas cálidas y lluviosas
intertropicales de la Tierra, típicas de los climas cálidos (macrotérmicos) identificados con la letra A en la
clasificación de Köppen; por tal motivo en la actualidad, cuando se habla de selva lo más usual es que se aluda a las llamadas
selvas tropicales, riquísimas en
biodiversidad y grandes retenedoras de
agua dulce, ya sea por su
clima tropical húmedo merced a la sombra y al “efecto esponja” de las densas vegetaciones o ya sea por el agua misma que contiene la enorme masa vegetal de las selvas tropicales.