Tenente era el responsable de la
tenencia feudal correspondiente a una villa o región, designado por el
rey o
señor durante la
Edad media en los reinos
cristianos de la
península Ibérica. La tenencia no daba derecho de propiedad y era temporal. El tenente administraba justicia, recaudaba los impuestos reales y militares. Los ingresos resultantes usualmente se repartían en partes iguales entre el tenente y el rey.