La
Conquista de Navarra fue un proceso iniciado en el
siglo XII, una vez reinstaurado el reino por voluntad de la nobleza navarra en 1134, con los
tratados entre el
reino de Castilla y la
corona de Aragón, en los que se acordó repartirse el
Reino de Navarra, con una conquista parcial para
1200, y que culminó con la invasión completa en el
siglo XVI. Posteriormente, la
Baja Navarra, que logró revertirla, se mantuvo como reino independiente hasta el
siglo XVII, en que su rey pasó a tener también la
Corona Francesa e impuso a sus habitantes la anexión, dejando de ser reino a finales del
siglo XVIII tras la
Revolución francesa. Por su parte, la
Alta Navarra, integrada en la
Corona de España, dejó de ser reino en el
siglo XIX.