En
biología se dice que una población o
especie ha sufrido una situación de
cuello de botella cuando ha experimentado un drástico descenso en el número de miembros en algún momento del pasado, llegando en algunos casos a estar al borde de la extinción. Como consecuencia, los ejemplares de las generaciones posteriores al cuello de botella presentan una escasa variabilidad genética y la antigua proporción de
alelos en el conjunto de la población ha cambiado considerablemente. Los cuellos de botella aceleran la
deriva genética y la
evolución de las especies que los experimentan de forma considerable, pues se produce una
selección intensiva de determinados caracteres que pasan a ser mayoritarios en los individuos supervivientes, mientras que otros menos favorables se reducen o desaparecen por completo (a menos que el cuello de botella haya sido causado de forma no natural, por ejemplo, mediante la caza o tala masiva de árboles practicada por la especie humana).