Los
juegos seculares (en
latín Ludi Saeculares y anteriormente
Ludi Terentini) eran unas celebraciones religiosas en las que se realizaban sacrificios y se llevaban a cabo representaciones teatrales. Tenían parte en la
antigua Roma durante tres días y tres noches, marcando así el final de un
saeculum, es decir, el tiempo que se consideraba máximo de vida de un ser humano, 100 o 110 años.