Se denomina
escuela cínica (del
griego κύων
kyon: ‘perro’, denominación atribuida debido a su frugal modo de vivir) a la fundada en la
Antigua Grecia durante la segunda mitad del
siglo IV a. C. El griego
Antístenes fue su fundador y
Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más reconocidos y representativos de su época. Reinterpretaron la doctrina
socrática considerando que la
civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero
bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz. Figuran en esta escuela, además de los ya citados,
Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, su esposa
Hiparquía y
Menipo de Gadara.