El
contrato de sociedad es aquel por el cual una o varias
personas físicas o
jurídicas acuerdan realizar sendas o aportaciones para conseguir un fin común. Los
estatutos de la sociedad, aprobados por el contrato de sociedad, serán la norma que regirá el funcionamiento de la sociedad, siendo nulos aquellos preceptos que contravengan las
normas imperativas contenidas en leyes y reglamentos. Para todo aquello que no quede regulado en los estatutos societarios (si es que estos existen), serán de aplicación las
normas dispositivas contenidas en las regulaciones sectoriales de cada Estado (por ejemplo, en
España, el
Código de Comercio).