Se llama
regeneracionismo al movimiento intelectual que entre los
siglos XIX y
XX, medita objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como nación. Conviene, sin embargo, diferenciarlo de la
Generación del 98, con la que se lo suele confundir, ya que, si bien ambos movimientos expresan el mismo juicio pesimista sobre España, los regeneracionistas lo hacen de una forma menos subjetiva y algo más documentada, mientras que la Generación de 1898 lo hace en forma más literaria, subjetiva y artística. Su principal representante fue el aragonés
Joaquín Costa con su lema «
Escuela, despensa y doble llave al sepulcro del Cid».