El
sindicalismo revolucionario es una
corriente sindical histórica inspirada en
Georges Sorel y
Arturo Labriola, donde el
sindicato era la institución clave tanto para proteger a los
trabajadores de sus patrones y del Estado (o de cualquier abuso) como para organizar la vida productiva y administrativa de la
sociedad. En sentido amplio, suelen denominarse como sindicalismo revolucionario aquellas corrientes sindicales radicalizadas que se oponen al
parlamentarismo democrático y, en algunos casos, a la sujeción de los trabajadores y su lucha a un
partido político. Es caracterizado por la defensa de la
autonomía de las luchas de las clases trabajadoras que había sido manifestado en el lema de la
Primera Internacional:
la liberación de los trabajadores será hecha por los trabajadores mismos o no será.