Alfonso II de Asturias, aprovechando las disensiones internas de sus enemigos musulmanes, en una operación relámpago, asalta y saquea Lisboa, para volver seguidamente a su reino.
Los ataques del emirAl-Hakam I no logran sus objetivos, reforzando los asturianos sus posiciones en Las Bardulias, Galicia y León, repoblando estos territorios.