La experimentación nazi en seres humanos consistió en una serie de experimentos médicos llevados a cabo con una gran cantidad de prisioneros, por parte de la Alemania nazi en sus durante la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros, mayormente judíos de toda Europa, pero también gitanos, prisioneros de guerra soviéticos y alemanes discapacitados, fueron coercionados a participar y nunca hubo un consentimiento informado. Por lo general, los experimentos resultaron en la muerte, desfiguración o discapacidad permanente, y por lo tanto son considerados como ejemplos de tortura médica.