El es uno de los dos
silabarios empleados en la
escritura japonesa; el otro se denomina
katakana. También se suele emplear
hiragana para referirse a cualquiera de los caracteres de dicho silabario. Proviene de la simplificación de caracteres más complejos de origen chino que llegaron antes del comienzo del aislamiento cultural japonés, que se mantuvo inflexible hasta el final de la
era Edo. Se caracteriza por trazos curvos y simples.