La
Historia de Portugal entre
1834 y
1910 fue un perido de grandes cambios tanto en la esfera política como económica. Tras la derrota de los
absolutistas (
Miguelismo), la política portuguesa del
siglo XIX estuvo marcada por las ideas liberales, aunque tampoco se logró la tranquilidad deseada. Los liberales eran un grupo heterogéneo que se había unido para luchar contra los absolutistas pero que en común poseían muchas discrepancias. Por este motivo se dividieron en primer lugar entre los moderados y los progresistas. El primer punto de desencuentro fue la nueva constitución política del país. Mientras que los progresistas, denominados
Septembristas, querían volver a implantar la Constitución de
1821, los moderados, denominados
Cartistas, querían imponer la Constitución de
1826.