El
Imperio de Palmira (en
latín:
Imperium Palmyrenum) fue un efímero Estado del
Oriente Próximo escindido del
Imperio romano, formado a partir de la sublevación de la reina de Palmira, próspera ciudad árabe vasalla de Roma, en el año
268 con la supuesta intención de dominar a los dos imperios que le flanqueaban, el romano y el sasánida y a partir de las
crisis del siglo III. Comprendía las
provincias romanas de
Siria-Palestina,
Egipto y zonas del sureste de
Asia Menor. El imperio tomó su nombre de la ciudad capital,
Palmira. Sólo tuvo una gobernante, la reina
Zenobia. El emperador
Aureliano retomó el control de la zona para el Imperio romano en el
273.