Se conoce como
interacción farmacológica a la modificación del efecto de un
fármaco por la acción de otro cuando se administran conjuntamente. Esta acción puede ser de tipo
sinérgico (cuando el efecto aumenta) o
antagonista (cuando el efecto disminuye). De aquí se deduce la importancia de las interacciones farmacológicas en el campo de la
medicina. Si un paciente que toma dos fármacos ve aumentado el efecto de uno de ellos se puede caer en una situación de
sobredosis y, por tanto, de mayor riesgo de que aparezcan
efectos secundarios. A la inversa, si ve su acción disminuida se puede encontrar ante falta de utilidad terapéutica por infradosificación. No obstante lo anterior, las interacciones pueden ser buscadas para conseguir un mejor efecto terapéutico. Son ejemplos ilustrativos la asociación de la
codeína al
paracetamol para aumentar su efecto
analgésico o la combinación de
ácido clavulánico y la
amoxicilina para evitar la resistencia de las bacterias al
antibiótico. Igualmente hay que considerar que existen interacciones que aunque desde el punto de vista teórico estén presentes, en la práctica clínica no tienen repercusión de interés.