Lavrio (en
griego moderno Λαύριον) es un pueblo situado en el sureste del
Ática famoso en la Antigüedad por sus minas de plata, una de las principales fuentes de ingresos de la
antigua Atenas. Allí se situaba una importante fábrica de acuñación de monedas. A principios del
siglo XIX,
cuando Grecia volvió a ser independiente, se construyó una nueva fábrica, actualmente cerrada y convertida en museo. Es un puerto de mar de menor importancia que el vecino Pireo.