La
Asociación Internacional de Trabajadores (
AIT) o
Primera Internacional de los trabajadores (PIT), fundada en
Londres en
1864, agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la organización política del proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella
Karl Marx,
Friedrich Engels y
Mijaíl Bakunin. Las grandes tensiones, fruto de las diferencias programáticas existentes entre Marx y los partidarios del
socialismo científico, y Bakunin y los partidarios del
anarquismo colectivista, llevaron a la escisión entre ambos sectores:
marxistas y
bakuninistas. Considerando los primeros en favor de la formación de una internacional de partidos obreros fuertemente centralizados, con un programa de mínimos basado en la lucha por conquistas sociales y laborales concretas, y uno de máximos basado en la lucha por la revolución social a través de la conquista del poder del Estado. Y los segundos en favor de un modelo revolucionario basado en la organización asociativa-cooperativa (
federalismo social) que pregona el poder de decisión por medio del consenso. En
1872 el Consejo General de la AIT se traslada desde
Londres, donde está ubicado desde sus inicios, a
Nueva York, disolviéndose oficialmente en
1876. En
1889 se establece la
Segunda Internacional, de corte
socialdemócrata, como la sucesora en sus fines políticos, y que durará hasta
1916, y en
1922 aparece la
Asociación Internacional de los Trabajadores, organización
anarcosindicalista, que prentende recoger el testigo del ala
libertaria y que llega hasta la actualidad.