Las
tropas auxiliares (del
latín auxilia) eran unidades del
ejército romano compuestas por soldados que no eran
ciudadanos romanos. Su propósito principal era apoyar a las
legiones romanas en combate, compuestas en exclusiva por ciudadanos romanos. Lucharon a lo largo del
Principado desde el año 30 a. C. hasta el año
284 d. C. Su número fluctuó durante el transcurso del Imperio, aumentando de manera gradual. Hacia el año 70, las tropas auxiliares contenían el mismo número de soldados de
infantería que las legiones, y además proveían al ejército romano de la
caballería y de tropas especializadas como
arqueros o
caballería ligera, así como otros tipos de
hostigadores. Hacia el siglo II, las tropas auxiliares representaban cerca de dos tercios de la fuerza militar romana.