La expresión
Auctoritas (de
Aug=aumentar) aparece en Roma unificada a la función tutelar. Así, el tutor poseía la auctoritas, que permitía sumar la voluntad del pupilo completando de tal modo su capacidad. En
Derecho romano se entiende por auctoritas una cierta legitimación socialmente reconocida, que procede de un
saber y que se otorga a una serie de
ciudadanos. Ostenta la
auctoritas aquella personalidad o
institución, que tiene capacidad moral para emitir una opinión cualificada sobre una decisión. Si bien dicha decisión no es vinculante legalmente, ni puede ser impuesta, tiene un valor de índole
moral muy fuerte. El término es en realidad
intraducible, y la palabra castellana "autoridad" apenas es una sombra del verdadero significado de la
palabra latina.