La
Primacía de la Diócesis de Toledo sobre el resto de las
sedes episcopales de
España es un título honorífico en la actualidad, pero de importancia en la Edad Media y Moderna, en las que gozaba fama de ser la sede más rica después de
la de Roma. Mantuvo una dimensión simbólica utilizada incluso en época tan reciente como el
franquismo. El
arzobispo de Toledo es considerado
Primado de España, y se le suele elevar por el papa al rango de
cardenal, con lo que es
cardenal primado.