Un
templum (término
latino, en plural,
templa), en la
religión de la Antigua Roma, fue originalmente, el
espacio sagrado definido por un
augur, reconocido y trazado ceremonialmente con fines rituales, como la práctica de los
auspicios, un lugar "marcado o cortado" como
sagrado. Compárese con el
temenos griego, de
temnein', "cortar".