Un
acrónimo recursivo o
acrónimo recurrente es aquel que, a diferencia de los
acrónimos comunes, no parece explicar del todo su signficado completo. Mantiene la estructura de los acrónimos comunes en relación a que sus nombres nacen como resultado de la particular abreviatura de una frase, de la que se seleccionan sólo las iniciales de algunas palabras claves. Sin embargo, en un acrónimo recursivo una de sus letras representa al propio acrónimo. Es una práctica frecuente en el nombramiento de proyectos de software de código abierto; debido a su filosofía podría deberse simplemente a un juego de palabras usada de forma caprichosa por quienes nombran a sus proyectos. Al igual que una marca, un acrónimo no es una palabra en sí por lo que su significado depende de quienes lo utilicen y en común acuerdo entre los usuarios; no existen normas que establezcan los criterios al momento de crear un acrónimo por lo tanto no existe impedimentos para que el creador del acrónimo decida darle un significado que lo convierta en «acrónimo recursivo».