El
conflicto israelí-palestino (en
hebreo: הסכסוך הישראלי-פלסטיני,
Ha'Sikhsukh Ha'Yisraeli-Falestini; en
árabe: النزاع الفلسطيني - الإسرائيلي,
al-Niza'a al'Filastini al 'Israili) es el
conflicto social y
armado en curso entre
israelíes y
palestinos que se remonta a principios del
siglo XX. El conflicto es de pequeño alcance, y el término se utiliza también en referencia a las primeras fases del mismo, que enfrentó a las poblaciones judías (
Yishuv) y árabes que vivían en Palestina bajo el
Imperio otomano y posteriormente el
Mandato británico de Palestina,como parte de la
partición del Imperio otomano. Forma además parte del
conflicto árabe-israelí. Las claves de las cuestiones pendientes de este conflicto son: el
reconocimiento mutuo, el establecimiento de
fronteras seguras, los derechos de agua, el
terrorismo palestino, el
control de Jerusalén, los
asentamientos israelíes, la libertad de movimiento palestino y la legalidad en materia de
refugiados. La violencia resultante del conflicto ha llevado a diversas posturas internacionales del conflicto, así como la seguridad y otros problemas de
derechos humanos, dentro y entre ellos mismos.