Los
descubrimientos portugueses fueron una serie de viajes marítimos y exploraciones llevadas a cabo por los
portugueses entre
1415 y
1543. Los descubrimientos resultaron en la
expansión de Portugal y fueron una contribución esencial para delinear el mapa del mundo, impulsados por la
Reconquista y la búsqueda de vías alternativas de comercio en el
mar Mediterráneo. Aunque con antecedentes en el reinado de
Dinis (1279) y en las expediciones a las
islas Canarias de la época de
Alfonso IV, es a partir de la
conquista de Ceuta en 1415 —una plaza conquistada con relativa facilidad, por una expedición organizada por
Juan I—, cuando Portugal inicia el proyecto nacional de la navegación oceánica sistemática que se conocerá como «descubrimientos portugueses». Después de la Reconquista, el espíritu de conquista y
cristianización de los pueblos
musulmanes se mantuvo. Los portugueses se dirigieron después a África del Norte, de donde habían venido los
mouros que
invadieron la
Península Ibérica y se establecieron en ella. Portugal no podía disfraar su interés económico, ya que también era desde el norte de África, de donde provenían las
especias, un género de gran valor debido al esfuerzo para traerlas a
Europa. Avanzando progresivamente en el Atlántico a lo largo de las costas africanas, pasaron el
cabo de Buena Esperanza y entraron en el
océano Índico impulsados por la demanda de rutas alternativas del comercio en el Mediterráneo. Llegaron a la India en 1498, y, simultáneamente exploraron el Atlántico Sur y desembarcaron en las costas de Brasil en 1500, y navegando hasta el extremo de Asia, llegaron a China en 1513 y a Japón en 1543.