En
teología cristiana se entiende por
gracia divina o
gracia santificante un favor o don gratuito concedido por
Dios para ayudar al hombre a cumplir los
mandamientos, salvarse o ser
santo, como también se entiende el acto de
amor unilateral e inmerecido por el que
Dios llama continuamente las almas hacia Sí.