El
inglés antiguo (llamado también
anglosajón,
Ænglisc en su propia denominación) es una forma temprana del
idioma inglés que se hablaba en buena parte de lo que hoy es
Inglaterra y en el sur de
Escocia entre los años
425 y
1125 aproximadamente. Era una
lengua flexiva con mucha libertad en su
sintaxis, al contrario que el
inglés actual. Los escritos que han llegado hasta nuestros días representan sobre todo el registro literario del anglosajón. Pertenece a la rama del
germánico occidental y está estrechamente emparentado con el
frisón antiguo y, de una manera algo más distante, con el
sajón antiguo, además de presentar influencias del
nórdico antiguo debidas sobre todo a la convivencia –no siempre pacífica– en lo que hoy es la
Gran Bretaña de
anglos,
jutos y
sajones, por un lado, y
noruegos y
daneses, por otro, durante mucho tiempo.