Varias décadas de desarrollo en el campo tecnológico de la
fotografía fueron necesarias para poder captar una imagen de la realidad de forma
instantánea. Los primeros
daguerrotipos o
calotipos precisaban extensos tiempos de exposición que impedían controlar las imágenes, razón por la cual muchas de ellas acababan saliendo parcialmente movidas. Todo lo que se movía salía borroso; por ejemplo, las personas que no permanecían inmóviles, o los animales. La aparición del
Colodión Húmedo supuso un gran avance por la reducción de los tiempos de exposición, pero no fue hasta el desarrollo del
Gelatino-bromuro y la posterior utilización del
carrete de
celuloide de la casa
Kodak cuando habitualmente se congeló un
instante de la realidad en las
fotografías.