El
judaísmo mesiánico, más que tener sus raíces propiamente en el
judaísmo bíblico, surge en medio de las misiones hebreo-cristianas, entre los siglos XIX y XX, cuyo objetivo era la evangelización del pueblo judío. Los judíos mesiánicos se consideran a sí mismos como «judíos en religión» y practican su fe de manera que ellos se consideran a sí mismos «auténticos observantes» de la
Torá. Sin embargo, las corrientes tradicionales del judaísmo, desde los ultraortodoxos hasta los reformistas, no consideran al judaísmo mesiánico como una forma de judaísmo, debido a que el judaísmo mesiánico acepta el
Nuevo Testamento y a
Jesús de Nazaret como Mesías. La
Corte Suprema de Israel determinó que los judíos mesiánicos que demuestren su
ascendencia judía, son sujetos de los beneficios que tiene la
Ley del Retorno incluyendo la ciudadanía israelí. La Corte también ha declarado que las sinagogas mesiánicas tienen derecho a la misma exención de impuestos que tienen las sinagogas tradicionales.