La
pintura gótica, una de las expresiones del
arte gótico, no apareció hasta alrededor del año
1200, es decir, casi 30 años después del comienzo de la
arquitectura y la
escultura góticas. La transición del
románico al gótico es muy imprecisa y no hay un claro corte, y podemos ver los comienzos de un estilo que es más sombrío, oscuro y emotivo que en el periodo previo, a principios del
siglo XIII. El impulso decisivo de esta pintura
realista cristiana se produjo en la Italia septentrional de finales de siglo. Diseminándose por el resto de Europa, el periodo gótico se extendió durante más de doscientos años.