El término ha sido creado para designar al
antónimo del concepto de software libre, por lo cual en diversos sectores se le han asignado implicaciones políticas relativas al mismo. Para la
Fundación para el Software Libre (FSF), este concepto se aplica a cualquier
programa informático que no es
libre o que sólo lo es parcialmente (
semilibre), sea porque su uso, redistribución o modificación está prohibida, o sea porque requiere permiso expreso del titular del software.