El
calendario hebreo es un
calendario lunisolar, es decir, que se basa tanto en el ciclo de la
Tierra alrededor del
Sol (año), como en el de la
Luna al rodear a la Tierra (mes). La versión actual, por la que se rigen las festividades judías, fue concluida por el sabio
Hilel II hacia el año
359. Este calendario se basa en un complejo
algoritmo, que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas
estaciones del año, basándose en cálculos
matemáticos y
astronómicos, prescindiendo desde aquel momento de las observaciones empíricas de que se valieron hasta entonces.