Los
cilindros de fonógrafo fueron el soporte del primer método de
grabación y reproducción de sonido. Conocidos simplemente por «grabaciones» en su época de mayor popularidad (1887 – 1915), estos objetos con forma de
cilindro tenían una grabación de sonido literalmente grabada sobre la superficie exterior que se podía reproducir sobre un
fonógrafo mecánico. En la década de 1910, el sistema competidor basado en
discos de gramófono triunfó en el mercado y se convirtió en el soporte de audio comercial dominante, provocando que la producción comercial en masa de los cilindros de fonógrafo terminara en 1929.