El
dióxido de carbono (CO
2) es un gas traza importante en la
atmósfera de la Tierra que actualmente constituye aproximadamente el 0,04 % (400 partes por millón) de la atmósfera. A pesar de su concentración relativamente pequeña, el CO
2 es un potente
gas de efecto invernadero y tiene una función vital en regular la temperatura de superficie de la
Tierra mediante su
forzamiento radiativo y el
efecto invernadero. Las reconstrucciones muestran que las concentraciones de CO
2 en la atmósfera han cambiado, variando desde tan alto como 7000 partes por millón (ppm) durante el
periodo cámbrico hace aproximadamente 500 millones de años a tan abajo como 180 ppm durante la glaciación cuaternaria de los últimos dos millones de años.