Entre los siglos XV y XVIII se denominó
emblema (también
empresa,
jeroglífico o
divisa) del griego
ἔμβλημα (émblema), compuesto del prefijo
ἐν (en) y
βάλλω (poner), que significa "lo que está puesto dentro o encerrado", a una imagen enigmática provista de una frase o leyenda que ayudaba a descifrar un oculto sentido moral que se recogía más abajo en
verso o
prosa.