El
espacio exterior o
espacio vacío, también simplemente llamado
espacio, se refiere a las regiones relativamente vacías del
universo fuera de las
atmósferas de los cuerpos celestes. Se usa espacio
exterior para distinguirlo del
espacio aéreo (y las zonas terrestres). El espacio exterior no está completamente vacío de materia (es decir, no es un
vacío perfecto) sino que contiene una baja densidad de partículas, predominantemente gas
hidrógeno, así como
radiación electromagnética. Aunque se supone que el espacio exterior ocupa prácticamente todo el volumen del universo y durante mucho tiempo se consideró prácticamente vacío, o repleto de una sustancia llamada
éter, ahora se sabe que contiene la mayor parte de la materia del universo. Esta materia está formada por radiación electromagnética, partículas cósmicas,
neutrinos sin
masa e incluso formas de materia no bien conocidas como la
materia oscura y la
energía oscura. De hecho en el universo cada uno de estos componentes contribuye al total de la
materia, según estimaciones, en las siguientes proporciones aproximadas: elementos pesados (0,03 %), materia estelar (0,5 %), neutrinos (0,3 %), estrellas (0,5 %) hidrógeno y helio libres (4 %) materia oscura (aprox. 25%) y energía oscura (aprox. 70 %); total 100,33 %, por lo que sobra un 0'33 % sin estimar. La naturaleza física de estas últimas es aún apenas conocida. Sólo se conocen algunas de sus propiedades por los efectos gravitatorios que imprimen en el período de revolución de las
galaxias, por un lado, y en la
expansión acelerada del universo o
inflación cósmica, por otro.