Se llama
misionero (del verbo
latino,
missio que significa «enviar») a aquella persona cuyo objetivo principal es el anuncio del
evangelio mediante obras y palabras entre aquellos que no creen. Esa forma de misión propiamente tal es conocida como
ad gentes, es decir, hacia las gentes,
gentiles o no cristianos, y se desarrolla en lugares donde el evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, o en ambientes refractarios ubicados más allá de las propias fronteras donde se dificulta la prédica y aceptación del mensaje.