Pagano (del latín
paganus, que significa «habitante del campo», «rústico») es un concepto que se encuentra por primera vez en inscripciones
cristianas de principios del
siglo IV en el ámbito cultural del
Imperio romano para designar a quienes en aquella época adoraban a los
dioses y, por ende, rechazaban o desconocían la creencia en un Dios único que, según la fe judía y cristiana, se habría revelado en la
Biblia.