Un
planeta terrestre, también denominado
planeta telúrico o
planeta rocoso, es un
planeta formado principalmente por
silicatos. Los planetas terrestres son sustancialmente diferentes de los planetas gigantes gaseosos, los cuales puede que no tengan una superficie sólida y están constituidos principalmente por gases tales como
hidrógeno,
helio y
agua en diversos estados de agregación. Todos los planetas terrestres tienen aproximadamente la misma estructura: un núcleo metálico, mayoritariamente férreo, y un manto de silicatos que lo rodea. La
Luna tiene una composición similar, excepto el núcleo de hierro. Los planetas terrestres tienen
cañones,
cráteres,
montañas y
volcanes. Además tienen
atmósferas secundarias, procedentes de sus procesos geológicos internos, al contrario que los gigantes gaseosos que poseen atmósferas primarias, capturadas directamente de la nebulosa solar original.