El
rocío es un fenómeno físico-meteorológico en el que la
humedad del
aire se
condensa en forma de
gotas por la disminución brusca de la temperatura, o el contacto con superficies frías. Se habla de rocío en general cuando se trata de condensación sobre una superficie, usualmente sobre la cubierta vegetal del suelo. Dado un sistema a una determinada temperatura, existe una única presión de vapor tal que las fases líquida y gaseosa del agua se encuentran en equilibrio (o coexisten) y se denomina
Presión de vapor de saturación. La presión de vapor de saturación aumenta a medida que aumenta la temperatura a la cual se encuentra el sistema, siguiendo la
relación de Clausius-Clapeyron.
La saturación no es una propiedad del aire. En la atmósfera, el sistema está conformado por aire seco más vapor de agua (que conforman lo que llamamos
aire). Puesto que el aire se encuentra en
equilibrio térmico, la temperatura del aire es también la temperatura del vapor y del agua líquida que este contenga. La temperatura tal que el sistema se encuentra saturado se denomina
temperatura de rocío. Si el sistema alcanza dicha temperatura, y la misma se encuentra por encima de los 0 °C, entonces se observará la formación del rocío en distintas superficies y, si se dieran las condiciones atmosféricas, podrían también observarse
nieblas o neblinas.