Un
yacimiento arqueológico (del francés
gisement; también denominado
asentamiento,
zona o
sitio arqueológico) es una concentración de restos
arqueológicos (materiales, estructuras y restos medioambientales). En él podemos encontrar una concentración de restos de
actividad humana y está constituido por la presencia de artefactos, elementos estructurales,
suelos de ocupación y otra serie de anomalías. Estos restos se pueden encontrar mediante una mera prospección de superficie o, si el asentamiento ha sido enterrado, con una prospección de subsuelo.