Los
egipcios llamaban a su país
Kemet (la
transliteración de
km.t) que los
egiptólogos europeos tradujeron por "la tierra negra", por oposición al color ocre del desierto, que correspondía a aquella zona en la que las tierras eran fértiles por efecto de los
limos negros depositados tras las crecidas anuales del
Nilo, arteria vital de la civilización del
Antiguo Egipto.