Un
alma errante es, según algunas tradiciones,
folclores y
mitologías, el
fantasma de un hombre o mujer que voluntariamente no ha realizado el viaje para trascender a un plano superior después de la
muerte, quedándose reducido a una sombra, bien porque así lo ha decidido, o por miedo al
Infierno, al
Purgatorio o a la vergüenza, o porque no ha recibido honras funerarias, o porque no ha sido enterrado según el rito de su
religión, o porque nunca ha sido hallado su cuerpo, como ocurre en el caso de muchos marineros. Como no puede recibir el homenaje ni los sacrificios de sus descendientes, son
almas hambrientas y desesperadas. Deben diferenciarse claramente de las
almas en pena.