El
Asedio de Charleston fue una de las batallas más importantes en la etapa final de la
Guerra de la Independencia de Estados Unidos, después de que los
británicos desplezaran su foco estratégico a las colonias del sur. Como derrota, significó la mayor derrota en número de bajas del lado revolucionario. Por contra, el General
George Washington consiguió evitar los intentos de combate fuerza a fuerza y ubicar a sus fuerzas estratégicamente para que las mejores comunicaciones de los británicos (SLOC) no pudieran realizar un golpe aplastante. Al mismo tiempo, Washington, junto con su ayudante, el General
La Fayette, fue consciente de los esfuerzos por ganarle a los británicos el Reino Unido de Francia.