Los
atentados de julio de 2005 en Londres fueron unos ataques
terroristas de motivaciones
yihadistas sincronizados. El primer conjunto de ataques fue llevado a cabo por
terroristas suicidas. Un segundo conjunto de ataques fue realizado dos semanas más tarde, aparentemente intentos fallidos de atentados. Ambos conjuntos de atentados tuvieron como objetivo el sistema de
transporte público, con ataques al
metro de Londres y a la red de autobuses. Produjo la muerte de 56 personas, todas en el primer ataque, incluidos los cuatros terroristas sospechosos, y 700 heridos.