Ave es una palabra del
latín, usada por los Romanos como salutación. Es la conjugación singular de la forma imperativa de
avēre, que significa "estar bien"; de forma que podría traducirse literalmente como "que estés bien". Tiempo después en el
siglo IV el papa
Gregorio I lo introdujo en el
Ave María de la
Iglesia católica, que fue popularizado hasta el
siglo VI de la era cristiana. El término fue utilizado principalmente para saludar a los
césares y a otras autoridades.
Suetonio, indica que los
gladiadores antes del combate se dirigían al César con las palabras
Ave Caesar morituri te salutant ("¡Salve, César! ¡Los que van a morir te saludan!").