Barras de control consisten en barras de unos 4
metros de longitud, hechas normalmente de
acero al
boro, de una aleación de
plata y
cadmio que tiene gran capacidad de absorción de
neutrones o de
hafnio, aunque éste suele usarse en los reactores nucleares de algunos
submarinos y recubiertas de
zirconio. Se usa para controlar la reacción de
fisión nuclear en las centrales nucleares. Para ello se introducen por unos huecos entre las vaínas del combustible nuclear de un reactor, de esta forma se consigue absorber neutrones y así poder controlar, y eventualmente detener el reactor. En los antiguos reactores de tipo
RBMK (de los cuales aún existen algunos en funcionamiento), las barras de control tardan alrededor de 20 segundos en bajarse completamente, lo que ocasionaba un grave problema de seguridad. Pero en los reactores más modernos, el mecanismo de bajada de estas barras permite realizarla en 1 segundo, deteniendo la
reacción nuclear en cadena.