CRO (
acrónimo de
Chemical Release Observation, significando
observación de productos químicos liberados) fue el nombre de tres
satélites artificiales (CRO-A, CRO-B y CRO-C) de la
USAF destinados a probar la capacidad de varios sensores situados en tierra, aire y espacio para detectar la señal de
misiles balísticos intercontinentales (ICBM) lanzados hacia los
Estados Unidos. En concreto los experimentos fueron diseñados para estudiar si la liberación de propelente de cohete desde un ICBM en vuelo podría ocultar la señal característica del motor del misil.