Calisto (del griego Καλλιστώ) es un
satélite del
planeta Júpiter, descubierto en
1610 por
Galileo Galilei. Es el tercer satélite más grande del
Sistema Solar y el segundo del sistema
joviano, después de
Ganímedes. Calisto tiene aproximadamente el 99% del diámetro del planeta
Mercurio, pero solo un tercio de su
masa. Es el cuarto
satélite galileano en cuanto a distancia a Júpiter, con un radio orbital de kilómetros. No está influido por la
resonancia orbital que afecta a los tres satélites galileanos interiores —
Ío,
Europa y Ganímedes—, por lo que no sufre un calentamiento apreciable por
fuerzas de marea, como sí ocurre en los otros tres. Calisto tiene una
rotación síncrona, es decir, su período de rotación concuerda con su período orbital, de manera que, igual que la
Luna con la Tierra, siempre «muestra» la misma cara a Júpiter. La superficie de Calisto no está tan influida por la
magnetosfera de Júpiter como la de los otros satélites interiores ya que su órbita es más lejana.